literatura , videos Jueves, 4 diciembre 2014

VIDEO: La última entrevista en TV de Julio Ramón Ribeyro, 20 años después

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Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Julio Ramón Ribeyro, nuestro mejor cuentista de la segunda mitad del siglo XX. En 1994, el eterno programa Presencia Cultural, conducido por el incombustible Ernesto Hermoza, realizó lo que terminaría siendo la última entrevista a Ribeyro

Lo que hemos encontrado en YouTube es la versión 2009 de ese material, reeditado como parte de la celebración de los que habrían sido sus ochenta años. Se intercalan entrevistas, recientes, a distintos escritores, que comentan el legado de Julio Ramón. Nosotros les dejamos la entrevista completa, sazonada con cuatro breves reflexiones sobre la escritura tomadas de la conversación y destacadas por PQS. Disfruten:

“Un escritor debe sentirse siempre un poco insatisfecho, de otro modo dejaría de escribir, porque creería que ya ha culminado su carrera con alguna obra maestra (…) siempre he considerado que lo que he hecho es inferior a lo que podría realmente hacer”.

”Los personajes nacen de la observación de la realidad (…) yo no creo que tenga un solo personaje que sea inventado de pies a cabeza”.

”Yo creo que el principal deber de todo escritor es el ser fiel a sí mismo, y de producir o crear obras que lo satisfagan. Cualquier otra intención de carácter literario siempre es un poco dudosa y un poco discutible”.

«El escritor no es un redentor, ni un gurú, ni un profeta; simplemente es un hombre que utiliza el lenguaje como instrumento para la creación de obras bellas, perdurables y naturalmente humanas que puedan trascenderlo”.

Quiero cerrar este post con una prosa apátrida, esos textos a medio camino entre los aforismos y los status de Facebook. ¿Muy roca el anacronismo? Lean y díganme que no se aplica para estos tiempos sobreinformados y procrastinadores:

Uno de mis defectos principales es la dispersión, la imposibilidad de concentrar duraderamente mi interés, mi inteligencia y mis energías en algo determinado. Las fronteras entre el objeto de mi actividad del momento y lo que me rodea son demasiado elásticas y por ellas se filtran llamados, tentaciones, que me desplazan de una tarea a otra. Durante varios días estuve leyendo diarios íntimos femeninos, creyendo que por este camino iba a llegar a algún lugar, pero de pronto me desvié hacia los memorialistas franceses del siglo XVIII y esto también lo deje para precipitarme sobre los OVNIS, tema que creía haber agotado hace semanas, pero que al azar de una lectura de periódico, regresa a mi y me sumerge en lecturas agobiantes, que seguramente abandonare en cualquier momento por la historia antigua, la alquimia o la antropología. Victima soy, me doy cuenta, de la facilidad que existe ahora para informarse: libros de bolsillo, revistas de divulgación, manuales al alcance de todos, nos dan la impresión falaz de ser los hombres de un nuevo Renacimiento, Erasmos enanos, capaces de enterarse de todo en obras de pacotilla, compradas a precio de supermercado. Error que es necesario enmendar, pues hace tiempo sé, pero siempre lo olvido, que la información no tiene ningún sentido si no esta gobernada por la formación.

«Erasmos enanos». Ah, Julio Ramón, si hubieras visto todo esto.