corrupción , noticias , sociedad Jueves, 4 diciembre 2014

La lucha de Máxima Acuña contra Yanacocha encarna la búsqueda de justicia en nuestro país

Escribe Marisa Glave:

 

Ilustración de Álvaro Portales (vía Hildebrandt en sus Trece)

Ilustración de Álvaro Portales (vía Hildebrandt en sus Trece)

 

El caso de Máxima Acuña de Chaupe encierra las contradicciones del sistema de administración de justicia en el Perú. Hay una disputa entre la familia Chaupe y la empresa minera Yanacocha sobre la posesión del terreno «Tragadero Grande». Máxima tiene documentos que muestran su permanencia desde 1994. Yanacocha tiene unos del año 1996 que no incluyen el predio de la familia Chaupe. Desde el 2011, que ella nota el ingreso de Yanacocha en su terreno, intenta acceder a la justicia. Hasta ahora sólo ha encontrado agresiones, prepotencia, incluso discriminación en el trato de los operadores de justicia… Máxima hasta ahora es víctima de la injusticia. Está en un proceso de apelación, pues una jueza en Celendín, de manera sorprendente en lugar de atender su demanda de justicia, la sentenció por «usurpadora». Este 17 de diciembre se leerá la sentencia final de segunda instancia. Ella, y quienes creemos que la Democracia requiere de instituciones sólidas e independientes, esperamos que en la Sala de Apelaciones pese criterios objetivos y no el peso del poder de una empresa como Yanacocha.

(Puedes leer más sobre el caso de Máxima aquí)