noticias , politica Jueves, 27 noviembre 2014

Hay dos tipos de fujimoristas en este mundo: los que quieren su libertad… y sus dos hijos

Diego Pereira

I'm back, bitches » @algunpereira » diego@utero.pe

Hubo una vez un proyecto de ley que buscaba beneficiar a Alberto Fujimori los condenados mayores de 75 años. La idea era que, por motivos de salud, un reo pudiera cumplir el resto de su pena con arresto domiciliario.

Lo cierto es que dicho proyecto no va más y por falta de interés de la bancada supuestamente más interesada.

¿Por qué el fujimorismo no apoyó una ley que amenazaba con cumplir su sueño más húmedo? La respuesta es sencilla: no es la mejor jugada política. Esta breve cronología te ayudará a entenderlo:

 

1. Queremos arresto domiciliario

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Todo empezó cuando el pedido de arresto domiciliario de Fujimori fue rechazado por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema pues, según el Código Penal, era imposible dárselo. ¿Por qué? Porque ya está condenado y como está escrito en la sentencia:

El arresto domiciliario es la figura procesal amparable cuando el agente que ha cometido presuntamente un ilícito se encuentra en calidad de imputado, procesado o investigado

El pedido, por todos lados, era un absurdo. Dos opciones: o el abogado de Fujimori es muy malo en derecho penal o era simplemente una estrategia mediática para hacer que Fujimori se victimice.

Ambas opciones parecen correctas, pero por puro beneficio de la duda nos inclinamos por la victimización.

Entonces, las bases para mediatizar el pedido ya estaban puestas. Ahora solo faltaba politizarlo. Así es como ocurre el siguiente paso.

 

2. Queremos una ley de arresto domiciliario

Rosa María Palacios, en su columna de hoy, nos cuenta bien qué pasó después:

El martes, su abogado William Paco Castillo señaló que tenía un proyecto de ley para que, excluyen­do delito de terrorismo o narcotrá­fico, se pudiera dar este beneficio a mayores de 75 años, los que cumplirían el resto de su pena en su domicilio por motivos de salud y para mantener su calidad de vida. El proyecto podría beneficiar a unos 400 reos, tal vez menos. No tenemos cifras exactas.

400 reos beneficiados de manera colateral, realmente lo que querían era beneficiar a uno solo: Alberto Fujimori. Tan obvio fue que él mismo agradeció en Twitter tanta amabilidad:

fujs

Entiendan pues, Fujimori sufre más que Camilo Sesto (idea de hashtag): él tampoco ya no puede más.

Por eso es que el proyecto de ley iba a ser presentado por la congresista fujimorista Leila Chihuán y se esperaba que toda la bancada atracara, después de todo son 37 y quizás con un poco de negociación hubieran logrado algo.

Entonces hasta aquí ya tenemos dos tercios del plan totalmente ejecutados: mediatización y politización. Ahora solo un empujoncito más y quizás podamos… ¡Miren, a wild Keiko appeared!

edery

Palmas para Andrés Edery, parfavar.

 

3. No, no queremos arresto domiciliario

Una vez más recurrimos a Rosa María Palacios quien nos pasa el yara:

 La congresista fujimorista Leyla Chihuán llamó al programa en Exi­tosa Radio y se mostró a favor del proyecto. Con 37 votos más los del PPC y otros grupos podría lograrse este beneficio, tal vez a los 80 años. Esa noche la llamaron al orden. Keiko y Kenji Fujimori dijeron no. Ni su propia bancada logra explicar bien porqué.

Bueno, acá unos cuantos tweets que nos pueden dar una pista de «por qué». Primero Kenji pidiendo que los fujimoristas a favor de esta ley no sean tontos útiles (eso leemos entre líneas):

fujimori

Carlos Raffo luego hace una reflexión cosmológica sobre el fujimorismo para poder alcanzar la verdad absoluta:

 

raffo

Y luego Kenji es mucho más directo: no está de acuerdo.

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Pero, nuevamente cabe la pregunta, ¿por qué? El tweet de Carlos Raffo nos mostró una abertura. Augusto Álvarez Rodrich también la vió: el fujimorismo aún no quiere a Fujimori fuera de la DIROES

(…) [La cancelación del proyecto de ley] revela el sustento principal de la candidatura presidencial de su hija Keiko, la cual requiere que su padre siga en prisión hasta el día en que, eventualmente, ella empiece a gobernar y tenga la capacidad de indultarlo.

Fuerza Popular dejó sin piso a Leyla porque realmente no es políticamente viable sacar a Fujimori ahorita. Mirko Lauer también la tiene clara:

La víctima de todo esto es Keiko Fujimori, cuya futura imagen de líder del fujimorismo depende de un delicado balance entre el culto a su padre y el cultivo de una imagen más moderna. Pero la declaración de Alberto Fujimori afirmándose como el líder del fujimorismo es el tipo de hipo en el camino al 2016 que puede incluso sacarla de la carrera.

(…)

La buena performance de Fuerza Popular en el 2011 fue una combinación de los dos factores: la popularidad del padre ausente, anclada en los logros de su presidencia, y la simpatía de la hija presente, anclada en un estilo suave y juvenil. Una cosa sin la otra probablemente no funcionaría, y eso es lo que está en juego de cara al 2016.

El fujimorismo se está quebrando desde adentro con miras a las siguientes elecciones. Ensaya Lauer que ahora podemos ver dos corrientes: los albertistas y los fujimoristas. Suena muy gracioso, pero es a la vez muy real.

Y por si no se han dado cuenta, todos han hablado menos la principal interesada: Keiko Fujimori, ¿dónde anda ah?

Diego Pereira

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