noticias , periodismo , sociedad Lunes, 3 noviembre 2014

Si alguna vez existió la necesidad de leer una entrevista a Magaly Medina, éste es el momento

Diego Pereira

I'm back, bitches » @algunpereira » diego@utero.pe

Este es el encuentro de dos mundos. Gabriela Wiener, la periodista peruana más aclamada en Hispanoamérica, se encontró con Magaly Medina, la periodista peruana más influyente dentro de nuestras fronteras.  Un encuentro de esta magnitud merece ser reseñado. Después de todo, entender el fenómeno Magaly, nos guste o no, es entender lo que son, ahora, nuestros medios de comunicación. Y eso, esta vez, parece estar jugándole en contra.

Sad Magaly is sad. Foto: Diario16

Sad Magaly is sad. Foto: Diario16

Así introduce Wiener su entrevista para La República:

Magaly está desmotivada. Por momentos parece odiar lo que hace o imaginarse de otra manera. Su nuevo programa ha cumplido ocho ediciones pero ella afirma que aún no está enamorada del proyecto. Después de casi dos años de ausencia, la más temible de la tele luce algo atemorizada. “He encontrado una televisión mucho más salvaje y detestable”, afirma en la primera entrevista por Skype que da en su vida, un lunes, a la vuelta de Miami, y a la hora del almuerzo, antes de volver al canal. Aunque podría sonar cínica, su confesión es en realidad desgarradora por lo que revela: Magaly Medina hizo de la televisión peruana su Frankenstein personal. A su retorno, el monstruo se ha rebelado contra su creadora. .

Estas son las cinco confesiones de Magaly sobre su desconcierto ante la tele actual:

 

1. La salvajada es tremenda

Nótese el fuego (y nótese también que Peluchín es discípulo de Magaly). Foto: Frecuencia Latina

Nótese el fuego. Foto: Frecuencia Latina

Magaly insiste en que pensaba hacer un show nocturno, pero, con pena, señala que ha tenido que volver a entrevistar a gente farandulera.

– Los personajes del espectáculo se han convertido en los protagonistas de la noticia cotidiana, tanto en noticieros como en programas dominicales. De todo el día, de todas las formas, de todos los sabores, en diferentes canales. Eso es lo que es hoy la televisión peruana. Es una televisión mucho más salvaje que la que dejé hace casi dos años y eso que en mi época, cuando empecé, creo que yo era una de las fieras más salvajes de la tele.

– Contribuiste a la salvajada…

– Y ahora la salvajada es tremenda.

Tremenda.

 

2. Nadie sabe por qué ese pata es famoso

RELEVANTE.

RELEVANTE.

Y analizando la aparición de los nuevos famosos, esos que nadie sabe cómo llegaron ahí pero que finalmente dejamos que se queden porque «ya pues», Magaly lanza otra pepa de la sabiduría:

Los personajes que entrevisto no le ganan a nadie. Uno se hizo famoso porque le puso los cachos a una con su compañera del programa. Otro se ha vuelto famoso porque a él le pusieron los cachos. El otro es famoso ¿por qué? No sé por qué. Cada semana tengo que hacer que venga alguien a contarme quiénes son. De verdad, la vida de estos personajes era lo que menos quería comentar.

:(

 

3. La gente quiere sangre

Nostalgia pura.

Nostalgia pura.

Dentro del público de Magaly hay personas que le exigen que salte a la yugular «como hacía antes pues». Esos eran los grandes momento de Medina, no la señora que ahora hace preguntas ligeras y sonríe…

– El rating ha acompañado. 

– Sí, todavía hay cosas que quisiéramos crear, pero el público exige, tipo circo romano, sangre. Me exige sangre a mí. Me exige que sea la fiera de antes, la salvaje. Si por ahí tengo una sonrisa de más, un guiño demás, tengo un poco de consideración, un poco de tolerancia con algún invitado, dice: «¡Dios mío! Ya no eres la de antes, Magaly? ¿Qué pasó? Te extrañamos”. El público nunca va a estar contento, pero igual te va a ver. Que me sigan criticando, pero que me vean. Cuando hacía Magaly TV, me venían con que por qué no eres más tolerante, por qué eres tan mala, tan venenosa. Y ahora, que por qué me estoy volviendo buena. ¡Dios, no los entiendo!

 

Inserte aquí esa frase sobre hacer fama y echarse en la cama.

 

4. Magaly también tiene vergüenza

¡Pleito, pleito, pleito!

¡Pleito, pleito, pleito!

Y no, no nos estamos inventando:

– Noto algo de desmotivación en ti, de desaliento. ¿Quizá falta que te enamores de tu nuevo programa?

– Así es, todavía no lo hago y eso lo digo aunque a mi productor no le guste. En el penúltimo programa perdí la paciencia ante dos mujeres que estaba entrevistando. Una bataclana y una cantante que tienen un lío de callejón. Con perdón de la gente que vive en callejón. Y te juro que me paré de la cólera y de la puta vergüenza ajena de estar entrevistando semejante gente. Alguna gente ha dicho que he teatralizado, bueno pues, yo soy así. Me he ganado el derecho de molestarme frente a cámaras y de decir lo que siento.

Además no es cualquier tipo de vergüenza: es puta y ajena.

 

5. «Yo quería hacer otra cosa»

Magaly Medina del pasado está decepcionada de ti, Magaly Medina del presente.

Magaly Medina del pasado está decepcionada de ti, Magaly Medina del presente.

Y lo más curioso es que la periodista de farándula realmente sabe de dónde viene toda esta onda de darle cabida a seres bastante inusuales: de ella misma.

– Tengo la impresión de que ahora son esos personajes los que parecen llevar la batuta y te obligan a entrevistarlos y a ponerlos en el centro del debate. 

– Ellos no, el público, que es el que decide. Si no ven lo que quieren, cambian de canal. Estoy siguiendo la corriente que yo misma inicié, una corriente que no existía antes, que ahora se copia hasta el extremo. Yo quería apartarme de Magaly TV, de los ampays… Quería un show nocturno que no tuviera necesariamente como cosa central el espectáculo.

Este es el mundo en el que vivimos ahora. Puedes leer aquí la entrevista completa.

Diego Pereira

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