sociedad Lunes, 16 junio 2014

Aunque no lo creas un alemán podría sacar adelante a EE.UU. en el mundial, según The Wall Street Journal

Hoy la selección de EE.UU. sale a buscar un triunfo ante Ghana, equipo que eliminó a los estadounidenses en octavos de final en Sudáfrica 2010. Sin embargo, ahora promete ser diferente. Bajo la dirección de Jürgen Klinsmann, exfutbolista alemán, el equipo norteamericano ha encontrado un estilo propio de juego. The Wall Street Journal ha publicado un amplia crónica-análisis del trabajo de Klinsmann y la evolución del equipo. Aquí hacemos una traducción libre de algunos extractos del texto original que pueden encontrar aquí. 

 

Fútbol hecho en EE.UU.

Pendiente de la Copa del Mundo, un entrenador alemán renueva el equipo norteamericano

escribe Matthew Futterman

El delantero Jozy Altidore anotando un gol contra Panamá, en un partido de las clasificatorias del año pasado.

El Estadio Nacional de Jamaica en Kingston es uno de los lugares más extraños para un encuentro de fútbol internacional. La pista que rodea el campo se encuentra impecable, pero el terreno de juego está marcado con manchas de tierra desnuda. Hay un marcador, pero no tiene ningún reloj.

El pasado junio, la selección nacional de EE.UU. viajó a este estadio para jugar un partido decisivo en las clasificatorias al Mundial de Fútbol. A pesar de que tenían la certeza de ganar el encuentro, después de que EE.UU. tomara ventaja por 1-0 en el segundo tiempo, Jamaica aprovechó un tiro libre – y a una dormida defensa norteamericana – para empatar el partido de un cabezazo.

En las enrevesadas matemáticas de las clasificatorias, un empate contra Jamaica era tan malo para EE.UU. como perder; pues dañaba seriamente sus posibilidades de llegar a Brasil 2014. Los estadounidenses necesitaban desesperadamente anotar un gol.

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Jürgen Klinsmann, director técnico de Estados Unidos. Fuente Fotográfica: Wikipedia

Como el marcador no tenía reloj, ninguno de los jugadores podía saber cuánto tiempo quedaba. El defensor estadounidense Brad Evans le preguntó al árbitro, pero este lo ignoró. Finalmente, el cuarto árbitro reveló el tiempo extra: cuatro minutos para acabar el encuentro.

Se avecinaba una crisis en un momento crucial para esta campaña, y en cierta medida para el fútbol en los Estados Unidos. El equipo norteamericano necesitaba anotar rápido. Era hora de poner en práctica lo que su entrenador alemán, Jurgen Klinsmann, les había exhortado durante meses:  era momento de jugar al fútbol como estadounidenses.

Durante casi un siglo, las naciones que juegan al fútbol han tratado de forjar conexiones entre la manera en que se ven y lo que hacen en el campo. Italia tiene su catenaccio – literalmente, «cerrojo» en italiano – una táctica netamente defensiva, que se basa en sofocar el ataque del oponente y ejecutar rápidos contragolpes. El joga bonito de Brasil, con sus pases de taco y la magia creativa, es el epítome de la espontaneidad. Los ingleses juegan de forma rápida y directa, atacando con pases largos e intimidadores desde los flancos hacia el área. Y España se convirtió en campeona del mundo en 2010 con un estilo conocido como tiki-taka, caracterizado por una obsesiva posesión del balón que se basa en el uso de pases cortos y precisos.


Demostración del tiki-taka en el Villareal: 15 pases en aproximadamente 20 segundos

Antes de que Klinsmann tomara las riendas del equipo de Estados Unidos hace tres años, jugar como norteamericano significaba, en su mayor parte, mantenerse en una posición y reaccionar ante el ataque del equipo contrario. Para Klinsmann, exestrella alemana y director técnico que se trasladó a los EE.UU. en 1998, esta estrategia le parecía totalmente anti-norteamericana.

Klinsmann, el Alexis de Tocqueville del fútbol, quería construir un equipo ganador, pero no estaba interesado en enseñar a los estadounidenses a jugar como cualquier otro equipo. Él quería crear un seleccionado que representara lo que veía como la característica definitiva del estadounidense.

«La naturaleza americana es llevar el juego a nuestros adversarios. Nosotros no queremos simplemente reaccionar ante ellos«, explicó en una entrevista que dio el mes pasado, cerca de su casa en el sur de California.

Klinsmann ha sido contratado con la esperanza de iniciar una nueva era en el fútbol norteamericano. Un año después del Mundial Sudáfrica 2010, donde el equipo nacional fue eliminado en octavos de final por Ghana, la Federación de Fútbol de EE.UU. despidió a Bob Bradley, entrenador nacido en Estados Unidos. Para fichar a Klinsmann, la federación desembolsará aproximadamente 2.5 millones al año, alrededor de tres veces más de lo que Bradley ha ganado.

Par a los analistas deportivos, esto es un reconocimiento definitivo de lo que todos secretamente sospechaban: los intentos del fútbol estadounidense por construir un programa con entrenadores nacionales y estrategias de cosecha propia se habían estancado. Ningún norteamericano ha resaltado en alguno de los mejores clubes de fútbol a nivel internacional y no había ninguna posibilidad de que el talento mejorara de un día para otro. Era el momento de contratar a un entrenador europeo, que presumiblemente copiaría los métodos de los mejores equipos del mundo.

 

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En los EE.UU., donde los niños juegan al fútbol en un gran número sólo a partir de la década de 1970, nunca ha existido un estilo coherente de juego. Los equipos estadounidenses, en general, corren rápido y son lo suficientemente agresivos como para hacer el juego físicamente incómodo para los adversarios. Desde que clasificaron al Mundial de 1990, por primera vez en 40 años, los Estados Unidos juegan de manera conservadora y defensiva. Fue esto suficiente para llegar a los cuartos de final en 2002 y perder en los octavos de final en 1994 y 2010. «Uno juega para ganar«, asegura Bruce Arena, director técnico de EE.UU. en 2002. La fortaleza de los jugadores Norteamericanos, asegura, «es que son muy trabajadores y se pueden adaptar a diferentes estrategias de juego«:

Klinsmann trajo sus propias ideas. En enero de 2012, seis meses después de que asumió el cargo, reunió a 20 aspirantes de Estados Unidos para su primera temporada de entrenamiento en Phoenix. Bajo el sol del desierto, introdujo un estilo de arduo entrenamiento. El mediocampista Graham Zusi recuerda diversas pruebas de aptitud, sesiones de levantamiento de pesas, entre otras. «Apenas tocamos la pelota durante la primera semana y media«, contó.

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Klinsmann dirigió al Bayern Munich en 2009. Fuente fotográfica: Wikipedia

El nuevo entrenado también ha convocado a jugadores que crecieron en Alemania, pero que tienen al menos un padre estadounidense, lo cual les permite jugara para la selección de EE.UU. Ellos tienen habilidades y confianza adquirida al jugar con el rápido y agresivo estilo alemán. Cinco participarán en el Mundial: los defensores John Brooks, Fabian Johnson y Tim Chandler, además de los mediocampistas Julian Verde y Jermaine Jones.

(…)

Klinsmann enseño a los jugadores estadounidenses a ver el campo de forma diferente, a imponerse sobre las defensas rivales, y a los defensores a empujar la última línea muy cerca al centro del campo, e incluso unirse al ataque. (…) Lo más importante, les pidió que mantengan la pelota en movimiento alrededor del campo; y la única manera de hacer eso, explicó, era quedarse cerca en constante movimiento, buscar siempre un espacio abierto donde puedan recibir un pase.

Kyle Beckerman, el mediocampista de EE.UU., asegura que esto difiere de la filosofía del exentrenador Bob Bradley, que hacía hincapié en que cada jugador debe quedar en su misma posición (…)

Cómo Klinsmann transformó el juego de EE.UU.

Según algunas mediciones, el equipo de EE.UU. jugó partidos muy similares contra México en 2013 , con Jurgen Klinsmann como director técnico, y en junio de 2011, bajo la dirección de Bob Bradley. En ambos partidos, EE.UU. y México tuvieron un 48% de la posesión del balón. Sin embargo, en 2013, el equipo estadounidense completó 964 pases, en comparación de los 734 del 2011.

 

1. Moviendo la pelota

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Imagen original elaborada por The Wall Street Journal

Sólo hay una manera de elaborar un 31% más de pases en la misma cantidad de tiempo: moviendo más rápido la pelota. Para mantener el ritmo, los jugadores deben moverse a posiciones abiertas para recibir los pases. Mover la pelota a través de todo el campo con velocidad y precisión es un aspecto fundamental en el cambio de estilo que Klinsmann introdujo en el equipo los últimos dos años y medio.

 

2. Expandiendo

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Imagen original elaborada por The Wall Street Journal

En 2011, la mayor parte del movimiento de la pelota se limitaba al centro del campo, donde los dos mediocampisas centrales ocupaban casi la misma posición aproximada. La mayoría de sus pases iban en la misma dirección, además eran dirigidos mayormente a Clint Dempsey, Landon Donova y Freddy Adu.

En 2013, el movimiento de la pelota es mucho más variado. Recorre las bandas con más frecuencia que a través de los dos mediocampistas centrales, que ahora se encuentran más separados. Con los laterales, Fabian Johnson y DaMarcus Beasley, presionando hacia adelante, los mediocampistas centrales tienen muchas más opciones hacia dónde dirigir sus pases.

 

3. Armando juego desde el área

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Imagen original elaborada por The Wall Street Journal

El portero Tim Howard, en 2013, tenía muchas más opciones para distribuir la pelota. Daba pases a su línea de defensa con más frecuencia y pateaba menos veces hacia el centro del campo, donde – en el mejor de los casos – hay un 50 por ciento de probabilidades de que EE.UU. mantenga la posesión. Esto ilustra la insistencia de Klinsmann en que los EE.UU. sean capaces de salir jugando desde la propia cancha.

 

4. Separando a los defensa

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Imagen original elaborada por The Wall Street Journal

En 2011, los defensores centrales Clarence Goodson y Carlos Bocanegra estaban agrupados en el centro del campo. Debido a que se encontraban tan juntos, el lateral derecho Eric Lichaj se veía obligado a retroceder y, o bien cuidar una banda o estar cerca de los defensar centrales para recibir un pase.

En 2013, los defensores centrales Omar González y Clarence Goodson se encuentran más separados. Al alejarlos, los defensas Fabian Johnson y DaMarcus Beasley pueden presionar más cerca al centro del campo, y en posiciones en las que es más fácil atacar.

 

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El equipo de EE.UU. había logrado algo extremadamente raro en el fútbol: ganar un partido durante el tiempo de descuento; aquellos pocos minutos adicionales que se otorgan al cumplirse el tiempo reglamentario. También había dado una primera muestra de la clase de fútbol que su entrenador les había reclamado.

(…)

El rendimiento del equipo durante la Copa de Oro 2013, en el pasado julio, puso en relieve los cambios. EE.UU. ganó los seis partidos del torneo, anotando 18 goles en 98 disparos, 48 de ellos directos al arco. En la Copa de Oro de 2011, cuando dirigió el extrenador Bob Bradley, el equipo estadounidense anotó tan solo nueve goles en 90 disparos, sólo 27 de ellos directos al arco. Además, perdió dos de sus seis partidos, incluyendo la final.

(…)

Sea cual sea el resultado en este Mundial, Klinsmann ha dado al fútbol de EE.UU. una forma «norteamericana» de jugar. Joachim Löw, entrenador de Alemania y exasistente de Klinsmann, asegura que la selección estadounidense es un equipo muy diferente y más desafiante que el seleccionado que se presentó en Sudáfrica. «Bajo Jurgen«, explicó, «tienen otra mentalidad«.