metaperiodismo Domingo, 25 mayo 2014

Falleció Fritz Du Bois, director de El Comercio

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Feo amanecer. «El director de El Comercio Fritz Du Bois Freundt falleció esta madrugada en la clínica Anglo Americana víctima de un problema cardiovascular«, según informa la misma web del diario.

Fritz había asumido hace muy poco la dirección de El Comercio. Era la primera persona fuera de la familia Miró Quesada en hacerlo. Un resumen de su biografía, publicada por Perú.21 en 2008, cuando asumió su dirección:

Estudió Letras y Humanidades en la Pontificia Universidad Católica del Perú y se graduó en administración de negocios en el Politécnico de Londres.

Hasta el 2008, Du Bois fue gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), una organización sin fines de lucro dedicada a la promoción del desarrollo equilibrado y sostenido de la economía de mercado en el Perú.

Desde 2001 y durante siete años trabajó en el Diario El Comercio. Fue columnista y asesor editorial del decano, y durante los últimos cuatro años antes de entrar a Perú.21 también tuvo el cargo de editor central de las ediciones de fin de semana.

En su trayectoria ha sido jefe de la Oficina Comercial del Perú en Londres. Asimismo fue presidente de la Organización Internacional del Azúcar y de la Junta Ejecutiva del Convenio Internacional del Café.

Posteriormente se desempeñó como presidente del Instituto de Comercio Exterior (ICE). Fue asesor y jefe del Gabinete de Asesores del Ministerio de Economía y Finanzas, entre 1991 y 1998.

Es coautor de diversas publicaciones entre las que destacan los libros Un balance de las políticas sociales y La Reforma Incompleta.

No vale la pena comentar que en los últimos años nuestros puntos de vista periodísticos eran cada vez más divergentes. O quizás sí vale la pena. Después de todo, las personas no son sólo un aspecto de ellas. Creo que también hay que decir que fue el primer director de un medio que se la jugó contra Castañeda, cuando el mudo estaba en la cima de su popularidad inmaculada. Perú.21 destapó el caso Comunicore hasta el final, lo que le valió, incluso, una demanda judicial. Personalmente, para mí, fue la primera persona que me ofreció una columna periodística en su diario, entonces Perú.21. Durante tres años, mi columna salió debajo de la suya todos los domingos. Incluso durante la campaña electoral –en la que a veces hubiera parecido que nos poníamos de acuerdo para que él escribiera A y yo, Z– jamás se atrevió siquiera a sugerir algún matiz en mi línea.

Desde aquí, le mandamos un gran abrazo a su familia y amigos.