economía , politica Viernes, 9 mayo 2014

Celebrity Deathmatch: Miguel Castilla vs. Alan García

La República albergó un debate interesante entre Castilla y García. ¿No lo vieron? ¿Les da flojera buscar los artículos? No te preocupes, aquí te reproducimos algunos extractos de la discusión:

castilla_vs_alan

 

1er ROUND: ALAN GARCÍA

Quien arremetió primero fue nuestro expresidente en su columna del último martes:

El último informe del INEI anuncia que en los tres primeros años del actual gobierno la pobreza ha descendido en 3.9%. (…) muestra una tendencia decreciente, pues en los tres primeros años de mi gobierno, la reducción acumulada de la pobreza fue de 12% (…) Pero, ¿por qué ahora la reducción ha sido solamente la tercera parte que entonces? y ¿por qué, en ocho regiones ha aumentado la pobreza?

Es decir, Alan llama la atención de que en los tres primeros años de su gobierno se redujo tres veces más la pobreza. Además, critica que el empleo – según los analistas – crecerá en 2.2%. ¿Cuánto creció en el suyo? 4 por ciento, asegura.

¿Cuáles son las causas de estas cifras? Para Alan, las decisiones políticas del gobierno:

…hemos limitado la decisión de los funcionarios, distraídos por la doble conducción palaciega y por el temor de que cualquier medida tomada podrá juzgarse por una futura Megacomisión, siguiendo el actual ejemplo. Por tanto, no hay nuevos colegios emblemáticos ni la misma velocidad en agua potable, alcantarillado, luz eléctrica o en la calidad de la educación.

Auch.

Imagen referencial

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2do ROUND: MIGUEL CASTILLA

El mismo día, Castilla respondió en esta columna con toda su artillería:

La reducción de la pobreza presentada por el INEI muestra que las políticas económicas y sociales del gobierno del Presidente Humala están siendo efectivas: 973 mil y 437 mil peruanos salieron de la pobreza y de la pobreza extrema, respectivamente. Asimismo, la pobreza en Perú se encuentra por debajo del promedio de América Latina (…) Así como la pobreza aumenta cuando se implementan políticas económicas erradas, como constatamos los peruanos hace más de dos décadas, ésta se reduce por la creación de empleo que genera el crecimiento económico y por la efectividad de la inversión social.
Después de ese recordatorio del primer gobierno de Alan, el ministro afirma que «conforme la pobreza sea cada vez más baja, será más difícil continuar reduciéndola exclusivamente a través del crecimiento económico«. Por eso, explica Castilla:
…se ha mejorado la capacidad de focalización y el gasto social ha aumentado en poco más de S/. 4 mil millones, por encima del incremento de S/. 1 400 millones entre 2006 y 2008. Estas intervenciones públicas han permitido que la pobreza rural se reduzca en 5,3 pp, con lo cual 413 mil peruanos de la zona rural han salido de la pobreza.

 

A Wild Mirko Lauer Appears!

Al día siguiente, Mirko Lauer cuadró a los dos contrincantes:

Tiene algo de sañudo el intento de construir discrepancia política allí donde hay tanta coincidencia en asuntos de teoría y práctica económica. Así, García termina hipertrofiando la importancia de los resultados en sí mismos, y Castilla termina inflando la importancia de las buenas intenciones administrativas.

Además, asegura que se debe incluir un par de puntos más a la discusión:
  • Cómo mantener el crecimiento peruano cuando es incierto el futuro de los precios de exportación
  • Cómo hacer promesas políticas serías en tales circunstancias.
Difícil de responder, ¿no? Lo que queda claro para Lauer es que Alan y Castilla se parecen más de lo que ellos creen. Además, según el destacado politólogo Alberto Vergara, esta discusión demuestra que el Gobierno parece haber aprendido a contestar políticamente: 
Sin embargo, lo más interesante del intercambio es que el gobierno pareciera haber comprendido que si los argumentos en su defensa los brinda Castilla no sufren un cargamontón. Si Ana Jara (para no decir Nadine o el propio Humala) escribiera exactamente el mismo artículo que el ministro de economía la reacción sería otra. En cambio, ante el escudero Castilla la derecha queda descomputada, no sabe qué hacer. Como en el episodio del voto de confianza que no se desatoraba y en el del aumento de sueldos a los ministros, la derecha se ve en el incómodo aprieto de determinar: ¿es este el gobierno de Humala o el de Castilla? Y, entonces, a regañadientes terminan aceptando que en el fondo es el de Castilla y que es mejor seguir apoyándolo.