cholósfera Martes, 3 diciembre 2013

Aquiles

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Si me conoces un poco sabes que mi relación con la muerte es… ¿distante? ¿pudorosa? ¿reservada? No encuentro la palabra. Digamos que, cuando ronda mi vecindario, prefiero cerrar la puerta. A lo que voy es que cuando muere alguien cercano, que a estas alturas de los treintaivarios ya no es infrecuente, prefiero callarme la boca y procesar las cosas por mi cuenta.

Pero Aquiles Martín Cabrera es y será una excepción. Básicamente porque alguien tiene que hacerlo y creo que me toca. Dreampicker escribió algo lindo hace unos meses, cuando todos, y especialmente Aquiles, sabíamos que se iba a morir. No pienso hablar de esa lucha. Sólo quería usar este blog para que sea lo que siempre ha sido: un archivo de lo que no deberíamos haber olvidado dentro de 50 años.

Así que, si vienes del futuro y acabas de googlear el nombre de Aquiles, he cumplido. Solo quiero, aquí, dejar constancia del paso de Aquiles por Internet.

campaña por los niños del perú

Imagen original: Miguel Det

En este enlace pueden leer su blog. Se inició en el 2006, cuando se llamaba «El Hígado de Aquiles». En mayo del 2009 ese blog sencillo, de un chico trujillano que le gustaba la buena literatura, el buen cine y Calamaro, decidió emprender una campaña por las víctimas del friaje.

El objetivo era sencillo: que los medios tradicionales cubrieran un tema que año tras año ignoraban. Ese año, la cosa era más cachosa: los medios andaban 151 veces más preocupados por la gripe porcina que hizo estornudar a unos chicos que se fueron de viaje de promoción a Punta Cana (la cifra no es aleatoria, sigan el link). Mientras tanto, 153 niños morían de frío en el sur del país. Aquiles, que era papá, se indignó y bautizó a su movida como Campaña por los niños del Perú.

Era 2009, entonces las redes en el Perú no tenían ni la vigésima de punche que tienen ahora (para que vean la vejez, todavía se pedía a la gente que difundiera el caso por Hi5). Pero su idea prendió y consiguió lo que quería. Los medios olvidaron su centralismo y voltearon la mirada al sur. Se organizó una campaña. Al año siguiente, el tema volvió a estar en agenda, gracias, otra vez, a las redes, a iniciativas privadas y también a medios más sensibilizados. Con el tiempo se volvió política pública. El año pasado se destinaron 124 millones de soles para enfrentar las heladas. Este año se institucionalizó a tal punto que ni siquiera tuvo que solicitarse un presupuesto adicional.

Por supuesto, no estamos, ni de lejos, en el mejor de los mundos. Todavía no hay una política pública que realmente enfrente el problema. Este año, 250 localidades tuvieron que ser declaradas en emergencia cuando la cosa se salió de control. No es un mundo perfecto, pero estamos mucho mejor que el 2009, antes de que Aquiles decidiera colgar esa imagen en su blog y joder y renegar para que alguien haga algo.

Lo bacán es que el que hizo algo fue él. Sin darse cuenta, debe haberle salvado la vida a cientos de personas. Sin exagerar. Por eso, cuando alguien se pone cínico respecto de cuánto se pueden cambiar las cosas usando las redes, me parecen unos huevonazos. Aquiles, usando Paint, hizo mucho más de lo que ellos harán en toda su vida. Y lo hizo cagándose de risa, tomándose una chela en Huanchaco.

Tú también ríete, Salvador del futuro. Si llegaste aquí googleando a tu viejo, entérate: era un tipazo.