Lima , politica Sábado, 8 agosto 2009

Los reyes de la colina

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Cada cuatro años no elegimos alcaldes, erigimos reyezuelos, déspotas, señores feudales que mandan sobre sus tierras sin dar ninguna explicación a los tarados que les dieron el poder. A propósito de la última locura de Jason Castañeda, Patricia del Río nos pinta la situación completa:

¿Por qué el alcalde Augusto Miyashiro, de Chorrillos, decide un día apoderarse de la avenida Huaylas y estacionar ambulancias para pavonearse por vehículos que compró con el dinero de todos los vecinos? ¿Por qué Manuel Masías, alcalde de Miraflores, permite una vez más que la calle Berlín luzca como si hubiera estado bajo bombardeo? ¿Y por qué les prohíbe a los niños correr por los jardines del parque Kennedy?

¿Por qué el alcalde Antonio Meier, de San Isidro, riega la berma central de la avenida Arequipa con un enorme camión cisterna justo a las 6 de la tarde, cuando hay más tráfico? ¿Por qué el serenazgo persigue a mi hijo de año y medio en el parque El Olivar para colocarle una millonaria multa por alimentar a las palomas?

¿Por qué el alcalde Enrique Ocrospoma, de Jesús María, se gastó la plata de los vecinos levantando una casa del adulto mayor, que después hubo que demoler, en un terreno de uso público? ¿Y por qué pasa tanto tiempo peleándose con los vecinos?

¿Por qué, todos los días, vemos que se construyen edificios, se destruyen áreas verdes, se siembra cemento y se plantan fierros, sin que podamos hacer nada para evitar esta locura que está masacrando nuestra ciudad?

Hoy CPI (la encuestadora que manipuló las cifras del juicio a Fujimori) afirma que Castañeda tiene 83% de aprobación. Seguramente. Por suerte, el 17% restante ha empezado a salir a las calles, en Chorrillos, claro, y también en Barranco, donde se dieron cita vecinos de Surquillo, Miraflores y otros distritos. Via La Mula:

Fritz explica la mentalidad electorera de Castañeda, que es el quid del asunto:

…para el alcalde no tiene ningún sentido consultar con los vecinos. No vaya a ser que uno de ellos sea un abogado que le ponga un recurso de amparo, logrando que algún desconsiderado juez ordene un desvío, obligándolo a gastar más y postergando el cronograma electoral del proyecto. Tanta molestia solo para no perjudicar a un grupo de ciudadanos. (…)

Así que, asunto solucionado, y como el alcalde parece estar hecho de teflón, un par de días de mala prensa nunca se le han pegado. Más bien, ya estará tomando su siguiente paso donde, de seguro, habrá otro atropello a algún pobre ciudadano por el delito de interponerse en el camino del progreso (electorero).

Va a sonar cursi pero es verdad: Lima es nuestra ciudad. La hemos traicionado entregándola a sujetos que no se dan cuenta que están en las municipalidades representándonos, no sojuzgándonos. Los barranquinos y chorrillanos son un ejemplo. ¿Van a esperar que Jason llegue a su barrio para darse cuenta del peligro?

imagen: Markus