politica Miércoles, 29 abril 2009

¿Qué es ser un buen congresista?

20071124-kouri-transfugaUno de los típicos comentaristas despistados decía que quienes denunciaron el maltratato a Hilaria Supa defendían el bajo nivel del Congreso. ¿Es el nivel educativo un estándar según el cual medir la idoneidad de un congresista? Martha Hildebrandt, supuestamente, es el epítome de la cultura (not really, pero, en fin, digamos que sí) y se jatea todo el día; la mayoría de congresistas tránsfugas del fujimorismo tenían estudios universitarios; Mufarech y Álvaro Gutiérrez son empresarios, Torres Caro es abogado…

Martín Tanaka plantea este problema en su último post. Léanlo todo, para entender su línea de razonamiento, pero aquí extraigo algunos párrafos:

Un congresista puede ser bueno en derecho penal, pero saber nada de políticas de salud; bueno para la técnica legislativa, pero malo para las tareas de representación, de relación con los electores; otros serán muy buenos explicando, difundiendo, canalizando y dando forma a las demandas y necesidades de los ciudadanos, concertando con otros grupos legislativos, pero serán malos en conocimientos profesionales, etc.

(…) La calidad del trabajo congresal dependerá de una buena conducción política y de una buena y profesional asesoría parlamentaria del grupo político. En este marco, puedes perfectamente ser analfabeto y un buen congresista

The Hairy Tooth Fairy

. Al mismo tiempo, puedes tener todos los títulos profesionales posibles, y ser un pésimo congresista.

(…)  ¿Qué sería un mal congresista? Uno que llega al Congreso, y se olvida del programa político del partido lo llevó allí; que actúa individualista, personalistamente, que busca cámara, atención personal, por encima de las propuestas de su grupo; que usa su cargo para intereses personales; esos hacen mucho daño A Night to Dismember the movie . Hay otros malos, pero menos dañinos, digamos: los que cobran y no hacen nada.

(…) ¿Es necesario poner requisitos? Yo creo que sí, pero para mí el requisito es la trayectoria política. Me parece muy mal que una persona desconocida, oportunista, improvisada en asuntos políticos, de pronto llegue a altos cargos de representación (los peores congresistas son casi siempre de ese tipo). Llegar al congreso debería ser la culminación una carrera política o trayectoria pública, donde previamente demostraste tus méritos y capacidades siendo regidor, alcalde, ministro, funcionario, líder sindical o de opinión, dirigente social, etc., etc.

Un contrajemplo, para azuzar la polémica: Edgar Núñez, proveniente del único partido político al que se le puede llamar así, disciplinado compañero, ex alcalde de Pisco, toda una trayectoria política. Y ya vemos…