noticias Jueves, 12 febrero 2009

Chatura

Todo el mundo ha visto estos comerciales:

Pues bien, Wilfredo Ardito a.k.a. Mi Quijote Favorito, ha hecho circular una carta abierta de Aprodeh a la gente de Leche Gloria:

Nos dirigimos a ustedes para expresar nuestra preocupación por la campaña de Leche Gloria que vincula el consumo de leche con tener una elevada estatura y está llena de burlas hacia los niños y adolescentes “chatos”. En un país donde la cuarta parte de los niños tiene retardo en su crecimiento y la abrumadora mayoría no puede tomar los 3 vasos de leche al día que recomiendan sus comerciales, Gloria, resulta una campaña muy desatinada.

Es más, puede afectar seriamente la autoestima de muchos niños, que pueden beber mucha leche y a pesar de ello no crecen, por diversas razones, como el simple hecho que sus padres sean de baja estatura. Estos avisos pueden fomentar la burla y la discriminación hacia estos niños y, en general, hacia la mayoría de niños peruanos que no tienen las tallas elevadas que presentan en su publicidad. Les pedimos por ello suspender esta campaña publicitaria y buscar mayor creatividad en sus avisos, sin afectar la autoestima de su público.

Luis Felipe Gamarra, en su blog Publicidad y MTK, se pregunta si las empresas, y sus publicistas, deberían tomar en cuenta que sus mensajes podrían dañar a los que no forman parte de su público objetivo. Supongo que sí. Aunque, por otro lado, no sé si estamos siendo muy susceptibles o, acaso, perdiendo el tiempo en combates, lanza en ristre, contra molinos de viento.

ACTUALIZACIÓN (13/02): Los molinos se doblegaron. Fuentes cercanas a la empresa me informa «El lunes pasado se ordenó el retiro del comercial; lo que ha salido esta semana es el saldo. Inmediatamente se supo de los cuestionamientos, ordenaron el retiro. La pauta fue levantada, y la que no ya no se podía sufrió alguna modificación. Los paneles están siendo retirados paulatinamente, en tanto se preparan los reemplazos.» Vaya. Buena reacción de la empresa y punto para Ardito.

P.S.: Al respecto, gracias a Chuto y Eduardo Villanueva pueden leer casi un diálogo socrático en Casi un blog. Extraigo un resumen de la posición de Villanueva (pero, como siempre, recomiendo el post original):

…mi problema con publicidades como la de Gloria no es que ofendan, porque si comenzamos a controlar todas las posibles variantes de ofensa de la publicidad, entonces no debería haber semejante cosa como publicidad. Me preocupan que al dirigirse a un público susceptible, por razones aspiraciones, y poco preparado para discernir la veracidad de la información, se pueda engañar, no por obra, sino por omisión. Esto es lo que deberíamos regular y controlar. Discrepo pues de la posición de Wilfredo Ardito, porque creo que no se fija en lo más relevante.