corrupción , noticias , politica Viernes, 23 enero 2009

Más allá del chupón

maggieLa Fiscal de la Nación acaba de formalizar la denuncia contra los marinos integrantes de Business Track (BTR). La nota de Peru21.pe informa que los subalternos detenidos han confirmado que BTR se dedicaba, efectivamente, a la interceptación telefónica.

Ayer Gustavo Gorriti publicó un artículo muy ilustrativo e informado sobre el caso. Me robaré casi todo:

¿Desde cuándo supo Alan García del chuponeo? Parece que, por lo menos, desde mayo del año pasado. Una fuente muy bien informada del partido aprista me indicó que “hace seis meses” García fue informado de las conversaciones de Canaán con (el secretario general de la presidencia Luis) Nava y (el ex ministro Hernán) Garrido Lecca y los carajeó”.

¿Quién le informó? Todo indica que la información le llegó a través de Ricardo Vega Llona o Julio Favre. Ambos son amigos de García, a quien aconsejan y ven con frecuencia. Ambos eran también miembros del directorio de Forza, y ambos conocían a Giselle Giannotti. Una fuente del entorno cercano del Presidente indica que uno de aquellos amigos le dijo “en mayo o antes” que “Canaán hablaba huevada y media” y con quiénes, “García dijo que había que alejarse de él”.

¿Cuán desconocidos eran los chuponeadores para el gobierno? Nada desconocidos. De hecho, una fuente aprista me indicó que habían pensado en “chito” Ponce [jefe de BTR] como jefe de inteligencia, en reemplazo del coronel Bertrán, “a quien se le pierden hasta sus cuadernos”. “Ponce era eficaz, práctico, hombre de resultados”, dijo la fuente, “claro que no sabíamos lo del chuponeo”. Y tampoco se acordaron de la desaparición de los estudiantes de la universidad Técnica del Callao.

Ponce, como se ve, tenía un acceso mucho más amplio y diverso que el que podía darle Giampietri. No solo tenía llegada a por lo menos un importante dirigente aprista, sino era también amigo de gente del entorno muy cercano a Alan García.

Giselle Giannotti, como se ha visto la semana pasada, tuvo acceso a todo lugar de interés en el gobierno y las llamadas fuerzas vivas, desde la CONFIEP hasta el Comando Conjunto y Palacio de Gobierno. El alerta que dio sobre los presuntos peligros a la seguridad nacional resultó aparejado con las actividades de seguridad y las acusaciones de espionaje industrial.

Claro, lo que todos queremos saber es quiénes contrataron a BTR. Sigue GG:

Y en el mercado sobraron clientes. Desde estudios de abogados (algunos con mala fama precedente, pero otros que pasaban por ser boy scouts del Derecho), hasta compañías de inversiones diversificadas. De acuerdo con fuentes con conocimiento de causa de las investigaciones, hay interceptaciones (de teléfonos y de correos electrónicos) relacionadas con la industria cementera. Eso ya se sabía. Pero también con la agroindustria, con industrias lácteas, “y de repente con una cierta vinculación entre sí”, como dice una fuente algo críptica. También las hay, más previsiblemente, en banca y seguros.

En los 26 USB capturados (siete a Ponce, seis a Giannotti), está registrada una parte importante de la historia económica reciente del Perú. De cómo se compite, de las trampas y de su precio.

Y aquí es cuando el artículo termina con la invocación más sensata que he escuchado estos días (escuchada antes solo a Sheput):

Que no sirva la investigación del chuponeo para tapar la investigación de lo chuponeado. Esa información ya no pertenece a los sinvergüenzas que la encargaron, sino a la sociedad y, ojalá, la justicia.

Igual que con los vladivideos. Que los transmitan todos.

Link: La lista de chuponeados en La República