cholósfera , periodismo , sociedad Miércoles, 4 junio 2008

Jaime Bedoya en Polvos Azules

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Javier Gárvich, Nila Vigil, Roberto Bustamante y otras firmas distinguidas de la cholósfera han reactivado la discusión alrededor la piratería (y lo que algunos llaman piratería, cuando es simplemente compartir). En fin, más no se puede abundar en ese debate pero quizás a todos los involucrados, y a ustedes, les interesa esta crónica de una incursión en Polvos Azules, publicada por Jaime Bedoya en Terra:

…Y giga-catálogo cinematográfico. Giga: el más completo, abusivo, detallista y exquisito catálogo de DVDs de la costa del Pacífico, desde Stallone a Wong Kar Wai, desde Twin Peaks a todas las temporadas, completas, de Perdidos en el Espacio, esplendor de un personaje seminal de la dramaturgia de anticipación, el profesor Zachary Smith. Un DVD de Perdidos en el Espacio o su homologación, La Isla de Gilligan, por ejemplo, está a 3 soles. Menos de un dólar. Uno de Wenders o Fellini puede llegar a cinco o seis. Todos con menú, entrevistas y extras. Y si está mal, lo cambian. La piratería seguramente es mala, pero el desempleo debe ser peor. No pretendo defenderla, algo que sí hace el cineasta peruano Javier Corcuera, quien en uno de los puestos de cine arte ha dejado la siguiente dedicatoria sobre el DVD pirata de su documenta La espalda del mundo: «A Polvos Azules, por democratizar la cultura». Ni un video clip he hecho, pero sí he comprado productos piratas en Nueva York, Madrid, París, Seúl, Buenos Aires y Río. Doy fe que en ninguno de esos lugares he encontrado el standard de calidad ilegal del DVD pirata peruano que, derramando lisura del puente a la alameda, nace y florece en Polvos azules. Tengo por los menos 800 de esas gemas en mi hogar. Llévenme preso, culpable soy yo.

El que nunca haya comprado un pirata, que tire el primer DVD.

(Ojo que Bedoya ya tiene tiempo publicando en Terra Magazine. Los frikis no pueden perderse esta introducción al mundo de Lost y nadie, escéptico o creyente en ovnis, puede ignorar la resolución del incidente Copello -ampliado en el blog de Luis Aguirre-).