comics , literatura , violencia Miércoles, 17 octubre 2007

Santiago Roncagliolo, George Lucas y Alan Moore

fromhell.JPGSiempre llego tarde a los debates literarios. Sucede que pocas veces leo un libro apenas sale. Por ejemplo, la semana pasada José Alejandro Godoy destacó la siguiente frase de Santiago Roncagliolo en su última obra, La cuarta espada, un reportaje novelado sobre la vida de Abimael Guzmán:

«El valor casi místico que se atribuye la ideología (senderista) recuerda a la Fuerza de Luke Skywalker…»

Analogía extremadamente infeliz que revela una ignorancia supina tanto de la ideología senderista como de la mitología de Star Wars. Uno podría pensar que se trata de un gazapo, un error menor, que, bueno pues, se le chispoteó. Pero no. En el Moleskine de Iván Thays, leo la defensa de Roncagliolo cuando Tanque de Casma le traslada el cuestionamiento:

¿No considera que comparar el uso de la ideología de los senderistas con La Fuerza de Luke Skywalker es banalizar el tema?
– No, son ejemplos didácticos. Yo no escribo sólo para un público peruano. Mis libros se traducen a unos doce idiomas. Necesito que sea muy claro qué es lo que pasó. Necesito usar referentes de cultura popular, muy simples y directos. Precisamente para que no se banalice, para que se lea la intensidad de lo que ocurrió.

Pues no solo banaliza el tópico senderista, sino que ofrece una imagen bastante incorrecta de la Fuerza. ¡El horror! Mi lado cívico y mi lado fanboy, por primera vez, se arañan simultáneamente.

En fin, como decía, llego tarde a los debates literarios. No he leido La cuarta espada y dudo mucho que algún día me dé el tiempo para hacerlo. Pero lo que sí leí fue Abril rojo y aquí viene este post, más bien tardío.

La novela empieza bien, sin pretensiones, pero poco a poco va perdiendo ese saludable tonito tongue-in-cheek (v.g. los informes del fiscal) y empieza a parecerse sospechosamente a un cómic de Alan Moore: From Hell (una especie de historieta de horror/documental ficcionado; una reconstrucción de la sociedad inglesa victoriana tan escrupulosa que 100 de las 500 páginas están dedicadas a la documentación de los hechos narrados).

Mientras avanzaba Abril Rojo me sentía estafado. ¡Esta historia ya la había leido! El fiscal Chacaltana era el inspector Abberline. El comandante asesino era Jack el Destripador. Ayacucho del 2000 era el Londres del siglo XIX. El mito del Incarri mal interpretado por Roncagliolo remplazaba a la simbología masona meticulosamente reconstruida por Moore. Y en la página 62, cuando el asesino de Abril rojo empieza a delirar -sin que venga al caso- que con él empieza el siglo XXI, pues allí casi lanzo al libro por la ventana al grito de plagio! ¡Por favor, el leit motiv de From Hell es que Jack el Destripador está convencido de que está inaugurando el siglo XX! ¡Mi plata!

Anyway. Cansado de buscar alguna idea original, me fui a Google: «From Hell» + «Abril Rojo» arrojó 432 resultados. Uno de ellos es esta confesión de Roncagliolo, cuando cuenta que siempre quiso escribir algo de horror pero no sabía cómo:

La solución me llegó de la mano de una película llamada From Hell, con Johnny Depp. La película narraba la historia de Jack el Destripador, y a partir de ella, describía a la sociedad inglesa de finales del siglo xix: una sociedad enferma, que se veía como un elegante imperio victoriano pero se alimentaba de las prostitutas de los barrios pobres. La película estaba basada en una historieta homónima de Alan Moore, que busqué y devoré en una biblioteca pública. Cuando terminé de leerla, supe que yo quería escribir algo así.  

Bueno, al menos lo admite. Pero podemos decir que es interesante cómo nuestro fan de George Lucas sí consigue el horror. Porque la novela no camina tan mal mientras se parece a From Hell. Pero hacia el final de la historia, Roncagliolo abandona el luminoso sendero de Moore y termina la novela al peor estilo de Agatha Christie. Y entonces aparece el verdadero horror de Abril rojo: la novela no es un remake de Moore ni un homenaje, sino un Frankenstein. ¡El horror! ¡El horror!

Blog: Según el Morsa, Abril rojo fue el bluff del 2006