politica , sociedad Viernes, 4 mayo 2007

Dirigente aprista no cree en los complots contra el Gobierno

larazon.jpgEn un post de Silvio Rendón leo que los dos diarios más descaradamente oficialistas hacen eco de la versión del Gobierno (desde el presidente hasta el ministro del Interior) que ha «denunciado» que las protestas sociales de esta semana se deben a un «complot» contra el régimen.

Como bien señala Silvio, en todos los países democráticos hay huelgas y manifestaciones. Son usuales. Pero también son síntomas de que las insatisfacciones de la población no están siendo adecuadamente resueltas ni canalizadas.

Al respecto, me llegó por e-mail esta nota de prensa de la Secretaría Nacional de Organización del APRA:

Wilbert Bendezú Carpio, Secretario Nacional de Organización del APRA y congresista del Parlamento Andino, indicó que más que un complot político contra el Gobierno, por las innumerables protestas que se vienen dando en todo el país, lo que no hay es sintonía de algunos ministros y funcionarios del presente régimen con la población.

Consideró que en las regiones poco o nada se hace para explicar que el shock de inversiones y el dinero que tienen, en este momento, los gobiernos regionales no es gastado en su oportunidad, por las propias autoridades locales, porque no presentan  proyectos bien estructurados. La gente tiene la sensación que esa es responsabilidad del Gobierno Central cuando eso no es así. Ya no es un problema de dinero es más bien un problema de comunicación  de sintonía, acotó Bendezú.

delpais.jpgIndicó que los montos están establecidos y la responsabilidad del gasto le corresponde a los gobiernos regionales y municipios. Dijo que el Presidente Alan García hace enormes esfuerzos por hacer entender a la población  de las Bondades que hoy muestra la economía, pero que falta el correlato en sus ministros y funcionarios.

Bendezú también refirió que los errores que se cometen, como el caso de Pandolfi, las ambulancias y los patrulleros, crean dudas en la
gente  cuando no se cortan a tiempo. Esto ocasiona que la población piense, como en el caso del nombramiento de Pandolfi, que, soterradamente, existe una alianza entre el Apra y el fujimorismo, cuando esto no es así.

Algunas cosas:

1. Bendezú es secretario de organización, no es un militante más. Está en contacto directo con las bases, que tienen una ideología muy distante de la agenda conservadora del Gobierno (entre otras cosas, reclaman el regreso de la Constitución del 79; pueden ver algo de eso en el post sobre el Concierto El Apra Canta).

2. Como era de esperar, no se lanza con todo contra el gobierno y le da más créditos de los que merece. Pero, de todas formas, es suficiente choque que un dirigente aprista salga a desinflar esta suerte de psicosocial desplegado por los medios adictos.

3. Bendezú no es el héroe ni los conservadores son los villanos. La crítica a los ministros y funcionarios, supongo, lleva consigo el inocultable deseo de colocar más apristas -según su mitología, más «sensibles» a los reclamos del pueblo- en el Estado.

4. Es penoso el intento de García y adláteres de atribuir las protestas sociales a un complot contra el Gobierno. Saben bien que no se trata de esto, pero de alguna forma pareciera que no quieren encarar los problemas de fondo del país, los que crearon a Humala, los que -finalmente- consiguieron que el mal menor llegue al poder. García no quiere pasar a la Historia, sólo quiere aprobar la próxima encuesta.