corrupción , politica , violencia Lunes, 16 abril 2007

El asesor de Giampietri

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foto: La Ventana Indiscreta, Frecuencia Latina

Se llama Sergio Tapia y, para ser justos, esta foto corresponde a una interpretación teatral de su juventud. Pero no creo que le haya sido muy difícil mimetizarse con su personaje.

Tapia tiene una treyectoria gigantesca en lo que se refiere a la defensa y apañamiento de violadores de derechos humanos y socavamiento de los valores democráticos. El viernes, un reportaje de Marco Antonio Vásquez, de La Ventana Indiscreta, reveló, entre otras perlas, que el infausto e inubicable Comandante Camión -con 114 víctimas en su haber- le dio un poder absoluto para abrir y cerrar cuentas bancarias.

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También se reveló su vinculación con el influyente grupo católico peruano de ultraderecha, el Sodalicio de Vida Cristiana. Incluso tuvo una empresa con su fundador, el misterioso Luis Fernando Figari. Actualmente, Tapia es el representante en Perú de la FASTA, algo así como el Sodalicio argentino (con el plus de -ojito ojito- haber colaborado con la sanguinaria dictadura argentina). Pueden leer aquí la historia de la FASTA, un reportaje del reputado periodista argentino Horacio Verbitsky.

En su última columna en Caretas (accesible online solo a sus cuatro suscriptores), Gustavo Gorriti cuenta:

…lo de Pandolfi es un asunto menor comparado con la presencia y participación de Sergio Tapia –llevado también por Giampietri– en un Consejo de Ministros. Tapia es una persona de ideas claras y convicciones precisas. Eso no está mal. El problema es que esas ideas y convicciones están a la derecha de Torquemada. Tapia es un intelectual y profesional que ha tenido y tiene una enorme influencia sobre la Marina. El 2003, su entonces comandante general, Ricardo Arbocó ‘persuadió’ a todos los marinos que enfrentaban proceso por el caso del Frontón, a pedirle al entonces ministro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, que contratara a Tapia como su abogado. Así, el Estado peruano, el que había conquistado la democracia, terminó contratando y pagándole a un mentor intelectual de la Marina, cuyo modelo no es el almirante Nelson sino el almirante Massera.

No exagero. Entrevisté algunas veces a Tapia en los años ochenta y debo decir que encontré que conocía mucho sobre el funcionamiento de los organismos de inteligencia y, en especial, de la Marina. Era una persona inteligente y sin medias tintas. El hecho es que sus tintas coloreaban una camisa negra. Tapia llevaba tiempo vinculado con la ultraderecha clerical, en especial con la argentina, con los grupos católicos ultramontanos, sobre todo los vinculados con el rabioso antisemita Julio Meinvielle, varios de cuyos continuadores terminaron como capellanes y consejeros de los verdugos de la guerra sucia y cómplices de los torturadores de la ESMA. (“El Silencio” de Horacio Verbitsky describe esas ‘relaciones secretas’ entre los asesinos y sus consejeros). Y para esas ideologías y doctrinas, la democracia es una enfermedad; los derechos humanos, una aberración; y la mitificada Edad Media, una gloria iluminada por hogueras.

Dirán que exagero, pero mientras me iba enterando del historial de este señor Tapia, que confunde la cruz con la espada y la espada con la guerra sucia, sólo tenía una palabra en mente:

Fascismo.

Link: La República confirma la denuncia de Vitocho: Giampietri ha recibido irregularmente más de 100 mil soles destinados para, entre otras gracias, pagarle a Tapia

Blog: Una giampietriada más sí importa (desdeeltercerpiso)