Renunciaron a Benedicto
Anteayer, Alan García defendió públicamente a Benedicto Jiménez y calificó de «extrañísima» a la denuncia que realizó el periodista Miguel Ramírez de El Comercio en su contra. Ayer por la mañana, el mismo Benedicto sostuvo públicamente que no iba a renunciar porque tenía la conciencia tranquila como la de un bebé.
Pero anoche, a una hora inusual, las 9:30 pm, el Sheriff renunció.
¿Qué hizo que todos los cowboys de este spaghetti western cambiaran de guión? Lo que sé, y parece que El Comercio maneja la misma versión, es que en realidad lo renunciaron. A eso de las siete de la noche, una agria reunión entre García, el premier Del Castillo, la ministra de Justicia y el mismo Jiménez -aferrado al cargo hasta el final- terminó de decidir la salida del presidente del INPE. ¿Qué había pasado?
A esa hora ya era inminente un reportaje de La Ventana Indiscreta revelando que, en sólo cinco semanas, el Sheriff había convertido al INPE en el Viejo Oeste: mal uso de recursos públicos, consultorías amañadas y copamiento partidario eran moneda corriente. Hoy, El Comercio dice que ésa fue la gota que derramó el vaso.
La República también menciona al reportaje de LVI, pero agrega que también jugó en contra una próxima revelación: el extraño «contacto» de Jiménez en el penal de Piedras Gordas, donde se encuentra recluido el narcotraficante Fernando Zevallos.
Como sea, la verdadera incógnita aquí es ¿Para empezar, por qué demonios lo nombraron? ¿Por qué el Gobierno colocó a un sujeto como éste en un puesto tan delicado arriesgándose, como finalmente casi sucede, a tragarse el sapo de otro escandalete innecesario?
