El laberinto de Mazzetti
La renuncia de Mazzetti era justa y necesaria. De todos los que han tocado la estúpida crisis política derivada del escándalo de los patrulleros, el más didáctico y divertido ha sido Aldo Mariátegui, en una columna cuyo parrafazo final recomiendo.
Pero ahora que por fin Mazzetti hizo lo que tenía que hacer, quedan los moradores de Alfonso Ugarte, listos para tomar un ministerio recontra cotizado y sumarlo a la larga lista de instituciones públicas que -poco a poco y caleta nomás- han ido copando. Se rumorea para hoy el anuncio del nuevo ministro. Ya veremos quién es y cuál es el número de su carnet.