arte , blogs Martes, 12 diciembre 2006

Me hubieran salvado de Tartufo

tar1.jpgCuando voy al teatro suelo apostar sobre seguro. Puedo aguantar una mala película, pero ser obligado a soplarse una mala obra de teatro es una tortura insoportable.

Así que tengo mi pequeña clasificación personal: Yuyas, siempre. Angeles, nunca. Saba, depende porque a veces se raya. Carrillo, al menos me entretendré. Peirano, vale la pena. Guión de Adrianzén, también. Impros y otros graciositos wannabe, sólo si me invitan.

Y así, ante la ausencia de buena crítica teatral en este país, he tenido que guiarme por una mezcla de prejuicios y recomendaciones de amigos.

Últimamente le hago caso a Alonso Alegría. Sí, conozco los gustos de Alonso y sé que si la obra se aparta ligeramente de los cánones clásicos, la destruirá por más buena que sea. Pero me sirve de guía (además, gracias a él fui a ver El Hombre Almohada, la mejor puesta en escena del año).

Así que este fin de semana quería ir al teatro. Leí que Alonso escribe sobre el Tartufo de Molière:

Jorge Guerra es experto en teatro, música y artes plásticas. Por eso logra unificar los estilos de actuación, música, escenografía, vestuario y decorado de este montaje formalmente cautivante. Pero tan perfecta unidad no produce interés en el ascenso y la derrota del hipócrita más grande del mundo. Elenco excelente. Perfecta Wendy Vásquez.

Sabía que eso de «tan perfecta unidad no produce interés» es lo más duro que Alonso le va a decir a Jorge Guerra. Pero no había visto nada de Guerra y Bruno Odar, el protagonista, es el mejor actor de su generación. Así que me arriesgué.

Error.

La crítica de Alonso es exacta, pero no termina de transmitir lo mala que es la adaptación de Guerra. Lo peor es que el único blog dedicado a la crítica teatral, El Simple Placer de Mirar, no la trata tan mal como debiera. Su post se llama Carta de amor a Wendy Vásquez:

Te amo porque me hiciste soportar una obra que, sin ti, hubiera sido no aburrida ni mala pero sí un poquito sosa.(…)

En una obra que fustiga a chupacirios y católicos de doble moral, Guerra declara la Paz y escamotea la sorna contra el clero para no arriesgar el puesto, sin considerar que Moliere se la jugó peor…

Sí, formalmente, Tartufo está espectacular. Pero no sólo es «un poquito sosa». Es chirriante y declamativa. Pop y pretenciosa a la vez. En algo coincido con las dos críticas: si no fuera por Wendy yo me paraba en el intermedio y me largaba a ver con más calma la expo de Botero que ha traido el CCPUC.

En fin, todo este rollo sobre malas obras insoportables, crítica teatral y blogs tiene como único objetivo preguntarles: ¿Voy o no voy a ver la cacareadísima Morir de Amor?