noticias Lunes, 19 junio 2006

Spider-Man sale del clóset: era republicano

Esto puede parecer otro frívolo post más sobre cómics, pero no lo es tanto.

La semana pasada Marvel Comics publicó el número 2 de su miniserie Civil War. El cómic en cuestión termina con Spider-Man desenmascarándose en conferencia de prensa: «Mi nombre es Peter Parker y he sido Spider-Man desde que tenía 15 años. ¿Alguna pregunta?».

La noticia es tan espectacular que varios medios -del mundo real- se pelearon la primicia, que finalmente, fue del New York Post.

Más allá de la predecible discusión de los fans sobre las posibles consecuencias directas de la decisión en los personajes cercanos a Parker (ataques a Mary Jane, villanos tras la tía May, cuatro ataques cardíacos consecutivos de J. Jonah Jameson), vale la pena entender el contexto en el que se produce la famosa conferencia de prensa.

En la historia, Spider-Man revela su identidad para apoyar la Super-Hero Registration Act, una ley aprobada después de que la batalla de un superhéroe de menor rango (Speedball) contra unos supervillanos terminara con la muerte cientos de neoyorkinos. La ley requiere que todos los superhéroes se registren ante el gobierno norteamericano como «armas vivientes de destrucción masiva». Esa es la premisa de miniserie Civil War.

En Civil War, se produce una secesión en la comunidad superheroica. Iron Man lidera el bando de los que apoyan el SHRA, mientras que el Capitán América se rebela y encabeza la resistencia de los superhéroes que no quieren someterse a una ley que pone en peligro sus identidades secretas, coacta sus libertades personales y los somete a un gobierno.

El liderazgo rebelde del Capitán América no es tan sorprendente como suena. Después de todo, durante años, los guionistas de los cómics han intentado quitarle ese tufote imperialista del personaje tratándolo como un liberal en el más amplio sentido de la palabra y un demócrata en el sentido militante del término.

Pues bien. Ya que uno de los bandos tenía nada menos que a la encarnación de los mejores valores estadounidenses en él, la Marvel decidió emparejar la cosa colocando en el bando conservador a su personaje emblema. Y así es como Spidey termina apoyando públicamente el SHRA, aún a costa de sus seres queridos (aunque la tía May y Mary Jane respaldan su decisión).

La discusión tiene para rato. Después de todo, Peter Parker es el everyman de los cómics, el chico que perfectamente podrías ser tú, el norteamericano promedio sin rollo político. Convertirlo en el spokesperson de una campaña macarthista podría manchar toda esa imagen. O quizás la Marvel está tratando de decirnos que -a pesar de todo lo que Hollywood quiere vendernos- en el clóset del norteamericano promedio siempre está escondido un conservador.